ENG: In March, I reviewed some bamboo flutes from the collection at the Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF) in La Paz. I examined several qantu phukuna and jach’a sikuri panpipes that were crafted in December 2007 by a luriri from Walata Grande, who used the renowned chhalla from the Zongo Valley. Some of the tubes show signs of decomposition. Assuming that the chhalla was collected and transformed into sikus in the same year, this suggests that the plant was near decomposition around 2008 or 2009. This aligns with the data gathered during my fieldwork in 2018 and 2024. In 2018, I saw the chhalla de Zongo in a juvenile state, which likely experienced decomposition earlier around 2015 or 2016. By 2024, these plants had matured and were once again beginning to decompose. According to the luriris and chhalleros, the chhalla de Zongo has a life cycle of approximately 7 to 8 years. The musiñu flutes I reviewed, also made in 2007 by an unknown artisan from Walata Grande, were predominantly crafted with lluq’a paceño tuquru, found in the southern La Paz yungas near Choquetanga. Locals refer to this bamboo as “fina,” or fine tuquru. According to Ignacio Quispe, a master luriri and specialist in musiñu, this is one of the most suitable types of tuquru for crafting musiñus, although it is now an extremely rare material. Some tubes feature beautiful black marks known as “lunarejo” by the luriris. Some salliwas (with palltjatas made from suqusa cane) were made from a single tuquru internode. Nowadays, some tuqureros do not allow the tuqurus to develop culms with such long basal internodes, as they prefer to harvest shorter internodes used for tourist flutes.






ESP: En marzo, revisé algunas flautas de bambú de la colección del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF) en La Paz. Revisé varios qantu phukuna y jach’a sikuri que fueron elaborados en diciembre de 2007 por un luriri de Walata Grande, quien utilizó la famosa chhalla del Valle de Zongo. Algunos de los tubos muestran signos de descomposición. Suponiendo que la chhalla fue recolectada y transformada en sikus en el mismo año, esto sugiere que la planta estaba cerca de descomponerse alrededor de 2008 o 2009. Esto coincide con los datos levantados durante mi trabajo de campo en 2018 y 2024. En 2018, vi la chhalla de Zongo en estado juvenil, que probablemente experimentó descomposición alrededor de 2015 o 2016. Para 2024, estas plantas habían madurado y nuevamente estaban comenzando a descomponerse. Según los luriris y chhalleros, la chhalla de Zongo tiene un ciclo de vida de aproximadamente 7 u 8 años. Los musiñus que revisé, también hechos en 2007 por un artesano desconocido de Walata Grande, fueron elaborados predominantemente con lluq’a paceño tuquru, que se encuentra en los yungas del sur de La Paz, cerca de Choquetanga. Los lugareños se refieren a este bambú como “fina” o tuquru fino. Según Ignacio Quispe, maestro luriri especialista en musiñu, es uno de los tipos de tuquru más adecuados para elaborar musiñus, aunque ahora es extremadamente escaso en los talleres. Algunos tubos presentan marcas negras conocidas como “lunarejo” por los luriris. Algunas salliwas (con palltjatas hechas de suqusa) se hicieron con un entrenudo de tuquru entero. Hoy en día, algunos tuqureros no dejan que los tuqurus desarrollen culmos con entrenudos basales tan largos, ya que prefieren cosechar entrenudos más cortos que se utilizan para flautas turísticas.











