Qina vs. Quena: A New Generation of Highland Flute Makers

ENG: A few days ago, I visited my friend Favío Mamani in his flute-making workshop in the popular neighborhood of Chijini on the western slope of the city of La Paz. I asked him to put a wooden (mahogony) embouchure support into a mama quena that I made and to tune it properly into a F natural minor scale. Favio and his brothers are good examples of a new generation of highland flute makers in the Bolivian Andes. Their father Sebastián Mamani was a well-known rural-style flute maker from Walata Grande working in his street stand (qhatu) in famous Juan Granier Street at the Garita de Lima (here). Don Sebastián made flutes with local cuts and proper Andean sound aesthetics that fundamentally differ from those “professional” Andean flutes that Favío and his brothers nowadays make. When the term “professional” is used in order to describe certain flutes, flute makers mean the adaptation of rural-style autochthonous flutes to Western scales and standard equal temperament, for example modern urban notched flutes. Rural qina flutes are blown strongly stressing upper harmonics and strident sonorities (while often further emphasizing wind flow sounds through blowing more air over the squared notch). Their urban counterparts are blown smoothly to produce sweet, mellow, and clear sounds, often stressing a meditative or sentimental style. While rural qina flute makers refer to the rural qina styles by their local names, the discourse of modern urban quena makers focuses on pitches and scales. Urban quena notched flutes (in its Spanish spelling, as opposed to rural qina spelt in Aymara) are tuned in standard equal temperament. In contrast with the rural qina, on which it is based, and which usually has equally distributed fingerholes measured from the lower node upwards (and traditionally calculated with the width of two or three fingers), the positions and diameters of the fingerholes of the urban quena have been modified to the Western tonal system, that is major/minor scales tuned in standard equal temperament. Modern urban quenas are mostly in G4 and produce pitches within the fourth, fifth, and sixth octave, although urban quena makers like Favío craft them in any other feasible key (between G3 as the lowest key and C5 or D5 as the highest ones). The lower key variant in D4 is called quenacho, while the lowest bass quena in G3 is called mama quena. The mama quena I made is tuned in a F natural minor scale, which is a semitone higher than the usual mama quena in G3. Modifying pitches with specific blowing, embouchure, and tapping techniques allows the urban quena player to access on these instruments the full range of the chromatic scale. While rural qina have squared notches, modern urban quena have U/V-shaped notches, requiring slightly different blowing and embouchures techniques. A professional urban quena maker has the knowledge and techniques to deal with the following interrelated factors and their impact on instrument acoustics: tube length, internal tube cavity, and fingerhole size, shape, position and undercutting. Longer tubes and greater diameters produce lower keys. Positioning a fingerhole closer to the head joint produces a higher pitch, as does making a fingerhole larger. Below you can find a diagram and photos of a rural style qina-qina in comparision with a modern urban quenacho, both made by Favío with local tuquru bamboos. Since the 1980s modern urban quenas, are also made from different hardwoods such as Jacarandá, Guayacán, or Moradillo. Concerning the difference in sonority between wooden and bamboo (tuquru) urban quenasquena maker and musician Agustín Portillo once told me that those made from wood sound more “direct” and “smooth”, whereas those from bamboo were “hoarser, like the wind of the Altiplano”.

ESP: Hace unos días, visité a mi amigo Favío Mamani en su taller en el barrio de Chijini, en las laderas occidentales de la ciudad de La Paz. Le pedí que pusiera un soporte de embocadura de madera mara en una mama quena que hice y que la afinara correctamente en una escala de Fa natural menor. Favío y sus hermanos son buenos ejemplos de una nueva generación de constructores de aerófonos andinos en Bolivia. Su padre Sebastián Mamani fue un conocido luriri de Walata Grande que trabajó en su puesto callejero (qhatu) en la famosa calle Juan Granier de la Garita de Lima (aquí). Don Sebastián fabricaba aerófonos con cortes locales y estéticas sonoras propiamente andinas, que difieren fundamentalmente de los aerófonos “profesionales” que hoy en día fabrican Favío y sus hermanos. Cuando se utiliza el término “profesional” para describir ciertas flautas, los luriris se refieren a la adaptación de las flautas autóctonas de estilo rural a las escalas occidentales y al temperamento igual estándar, por ejemplo, las quenas urbanas (en su ortografía española, a diferencia de la qina rural escrita en aymara). Las qinas rurales colectivas se soplan con fuerza, acentuando los armónicos superiores y las sonoridades estridentes (mientras que a menudo se acentúan aún más los sonidos del flujo del viento soplando más aire sobre la muesca cuadrada). Sus homólogas urbanas individuales y solistas se soplan suavemente para producir sonidos dulces, suaves y claros, acentuando a menudo un estilo meditativo o sentimental. Mientras que los luriris de qinas rurales se refieren a los estilos autóctonos de qina por sus nombres locales, el discurso de los constructores de quenas urbanas se centra en las afinaciones y las escalas. Estas quenas urbanas están afinadas en temperamento igual estándar. A diferencia de la qinarural, en la que se basa, y que suele tener los orificios distribuidos equitativamente, medidos desde el nudo inferior hacia arriba (y tradicionalmente calculados con el ancho de dos o tres dedos), las posiciones y los diámetros de los orificios de la quena urbana han sido modificados al sistema tonal occidental, es decir, escalas mayores/minores afinadas en temperamento igual estándar. Las quenas urbanas están principalmente en Sol4 y producen tonos dentro de la cuarta, quinta y sexta octava, aunque los fabricantes de quenas urbanas como Favío las fabrican en cualquier otra tonalidad posible (entre Sol3 como tonalidad más grave y Do5 o Re5 como las más agudas). La variante grave en Re4 se llama quenacho, mientras que la quena más grave en Sol3 se llama mama quena. La mama quena que hice yo está afinada en una escala de Fa natural menor, que es un semitono más agudo que la mama quena habitual en Sol3. La modificación de los tonos con técnicas específicas de soplido, embocadura y digitación permite al intérprete de quena urbana acceder a todas las notas de la escala cromática. Mientras que las qina rurales tienen muescas cuadradas, las quenas urbanas tienen muescas en forma de U/V, lo que requiere técnicas de soplido y embocadura diferentes. Un fabricante profesional de quenas urbanas posee los conocimientos y las técnicas necesarios para tratar los siguientes factores interrelacionados y su impacto en la acústica del instrumento: longitud del tubo, cavidad interna del tubo, así como tamaño, forma, posición y recortado de los orificios. Los tubos más largos y de mayor diámetro producen tonos más graves. Colocar un orificio más cerca de la muesca sube la frecuencia, al igual que agrandar un orificio. Abajo se puede ver un diagrama y fotos de una qina-qina de estilo rural en comparación con un quenacho urbano, ambos hechos por Favío con tuqurus nativos. Desde la década de 1980, las quenas urbanas también se fabrican con diferentes maderas duras, como jacarandá, guayacán o moradillo. En cuanto a la diferencia de sonoridad entre las quenas urbanas de madera y las de tuquru, el fabricante de quenas urbanas y músico quenista Agustín Portillo me dijo una vez que las de madera suenan más “directas” y “suaves”, mientras que las de bambú son “más roncas, como el viento del Altiplano”.

Example of Qina-Qina Sound (Ensemble of Tiwanaku Community 2019)
Example of Quenacho Sound (Agustín Portillo 2010)