ENG: Last week I participated at Ignacio Quispe’s 5-day intensive musiñu workshop at the Centro Cultural Jach’a Tunupa in El Alto. I know musiñu specialist Ignacio for almost ten years now, and I always get enthusiastic every time I hear him speaking about the history of musiñu, his personal musical life stories, the musical bamboos used in musiñu making, and how musiñu music evolves under his leadership, guidance, and visions. He is a very inspiring person, and I am honored to continue collaborating with him on his projects in the future, for example our collaborative book project Crónicas del Musiñu, or the short documentary film about ecological and environmental knowledge and musical bamboo gathering, which we will make with the help and technical support of Richard Mújica of the National Museum of Folklore (MUSEF) in La Paz. These outputs will be very valuable pedagogic sources for the intergenerational transmission of interdisciplinary knowledge related to making and playing Andean flutes, and musical bamboo gathering and sourcing. Ignacio often told me that he is very concerned about the future of his Aymara wind music and flute-making culture, and that he is happy to be able to organize musical workshops such as the one he gave over the last week, so that the younger generations learn from him what he has learnt from his ancestors (look here). Ignacio also made the musiñu duct flutes for the workshop participants, and he made a very special requinto for me (medium size register). It is made from a robust and mature tuquru bamboo (Aulonemia herzogiana) from Choquetanga area in the Southern La Paz Yungas of Inquisivi province. It is a professional tuquru bamboo that Ignacio and other specialist musiñu musicians much value due to its heavier weight and acoustic properties (more details here). Instead of using mahogany wood (Swietenia macrophylla) for the block, he employed the hard trumpetbush wood (Tecoma stans), which combines very well with the so-called “moles” (sp. lunares) on the outer surface of the bamboo (tuquru lunajero). These moles culturally indicate a specific Andean perspective to bamboo and flute aesthetics, and ecologically signal that the plant, from which the tuquru tube was once collected, was about to decay and die after a ten-year vegetative growth period.



ESP: La semana pasada tuve el honor de participar en el taller intensivo de musiñu de 5 días a cargo del maestro Ignacio Quispe. El taller tuvo lugar en el centro cultural Jach’a Tunupa en El Alto. Conozco al maestro Ignacio, especialista en musiñu, desde hace casi diez años, y estoy entusiasmado cada vez que le escucho hablar sobre la historia del musiñu, sus historias personales de su vida musical, los bambúes musicales utilizados en la fabricación de los musiñus, y cómo la música de musiñu avanza bajo su liderazgo, guía y visión. Es una persona muy inspiradora, y me siento honrado de seguir colaborandole en sus proyectos en el futuro, por ejemplo, nuestro proyecto colaborativo de libro Crónicas del Musiñu, o el cortometraje documental sobre el conocimiento ecológico y medioambiental y la recolección de bambúes musicales, que realizaremos con la ayuda y el apoyo técnico de Richard Mújica, del Museo Nacional del Folklore (MUSEF) de La Paz. Estas producciones serán fuentes pedagógicas muy valiosas para la transmisión intergeneracional de conocimientos interdisciplinarios relacionados a la fabricación y la ejecución de flautas autóctonas, y a la recolección y el aprovisionamiento de bambúes musicales. Ignacio me decía a menudo que le preocupa mucho el futuro de su cultura musical aerófona aymara y de la construcción de flautas andinas, y que le apasiona y alegra poder organizar talleres musicales como el que dio la semana pasada, para que los jóvenes aprendan de él lo que el aprendió de sus antepasados (veáse aqui). Ignacio también hizo los musiñus para los participantes del taller, y construyó un requinto muy especial para mí. Está hecho de un tuquru (Aulonemia herzogiana) robusto y maduro de la zona de Choquetanga en los Yungas del Sur del departamento de La Paz, de la provincia de Inquisivi. Es un tuquru profesional, que Ignacio y otros músicos especialistas en musiñu valoran mucho por su mayor peso y sus propiedades acústicas (más detalles aqui). En lugar de utilizar la madera mara (Swietenia macrophylla) para la tapa, empleó la madera dura sau sau (Tecoma stans), la cual combina muy bien con los “lunares” de la superficie exterior (tuquru lunarejo). Estos lunares indican culturalmente una perspectiva andina específica sobre la estética del bambú y la flauta, y señalan ecológicamente que la planta, de la cual en su día se recogió el tubo de tuquru, estaba a punto de caerse y morir tras un periodo de crecimiento vegetativo de diez años.




